La Inspección Técnica de Edificaciones, más conocida por sus siglas ITE, es un control técnico al que deben someterse cada diez años todos los edificios de más de cuarenta años de antigüedad; esto afecta a naves industriales, viviendas unifamiliares y bloques residenciales. Se trata de un informe en el que se certifica el estado de una serie de elementos que afectan a la seguridad del inmueble y de las personas que lo habitan.
¿Qué elementos se deben evaluar e inspeccionar en la ITE?
Todos los elementos relacionados con la seguridad estructural, salubridad y ornato. El resultado de la inspección será favorable cuando el edificio o construcción reúna las siguientes condiciones:
- Seguridad, para que no implique riesgo para las personas y bienes. Asimismo, deberán ser reparadas las fachadas (interiores, exteriores y medianeras) y otros elementos cuyo estado suponga un riesgo para la seguridad de las personas, tales como chimeneas, falsos techos, cornisas, salientes, vuelos o elementos ornamentales o de acabado.
- Salubridad, de forma que no atente contra la higiene y la salud pública, por lo que se deberán realizar las obras necesarias para que no se produzcan filtraciones de agua a través de la fachada, cubierta o del terreno, y se deberán mantener en buen estado de funcionamiento las redes generales de fontanería y saneamiento.
- Ornato público y decoro, de modo que la fachada de los edificios y construcciones no afecte a la imagen urbana.
En caso de obtener certificado desfavorable, el informe de inspección deberá determinar las obras y trabajos de mejora y conservación que se requieran para mantener los inmuebles en el estado legalmente exigible.
En caso de ser favorable, se informará al organismo competente y quedará registrado hasta su próxima inspección (10 años).
¿Cómo se realiza este informe?
Para poder realizar el Informe Técnico de Inspección se necesita realizar una o varias visitas en función de la complejidad del inmueble, para la toma de datos estructurales de la construcción, de sus superficies, de sus instalaciones, de sus cerramientos, cubiertas y fachadas, toma de imágenes de todo ello y otros datos de interés a nivel de propiedad. Los propietarios deberán aportar la documentación relativa a las inspecciones periódicas de sus instalaciones.
Desconfíe de aquellos que con una llamada o un email le digan que pueden realizarlo.